He sido formado como un ciudadano justo, que respeta las leyes y cumplidor de su deber. Sin embargo; observar tantas practicas politiqueras me decepciona y me pone a reflexionar.
En política hay que ser consecuente con una ideología. Hay que tener claro para que se sirve y qué es eso de representar a una comunidad. Más que pertenecer a un partido, hay que tener claro cuál es la verdadera función en los cargos públicos. Pero se suben al poder y ya todo se les olvida.
Ver por ejemplo a funcionarios públicos que no tienen principios, a gobernantes soberbios que utilizan su cargo para destruir y opacar y concejales que se venden por cualquier cuota.
Pero ya no más golpes de pecho. He entendido que he crecido en un país donde todo funciona así. Donde por nada del mundo se puede pelear con los políticos. Desde hoy he decidido admirarlos a todos, procurar por no criticar sus acciones y defender cada una de sus acciones. Ya para que quejarme, nada va a cambiar.
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