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El adagio popular reza que cada quien habla de la feria de acuerdo como le haya ido en ella. Al parecer al Alcalde cejeño le ha ido muy bien en materia de seguridad personal, algo que parece lógico si recordamos que él cuenta con dos guardaespaldas, factor este que le ha hecho cambiar totalmente su punto de vista acerca de la realidad.
Han sido frecuentes las apariciones del burgomaestre en los medios de comunicación manifestando que todos los homicidios ocurridos durante los ya casi 32 meses de su mandato se han logrado esclarecer, luego es obligatorio concluir que en su jurisidicción está totalmente controlada la delincuencia.
Cuanto lamento tener que contradecir al Alcalde, pero a riesgo de ser considerado enemigo de la buena imagen del municipio por denunciar algo que no se puede ocultar y de agitar su exacerbación ante este espinoso tema, debo decir que en nuestro amado terruño prevalece la delincuencia común. Campea en este hermoso valle el tráfico y consumo de sustancias alucinógenas, el porte ilegal de armas, el atraco, el fleteo, el robo de bicicletas, el hurto de pequeños objetos y productos no muy significativos pero que se suceden muy repetitivamente, que puede que para este mandatario no representen mayor importancia pero si constituyen un síntoma evidente de un gran mal que azota a nuestra colectividad: la inseguridad. Insistir en lo contrario es tratar de tapar el sol con las manos.
Nadie puede negar que para contrarrestar estos múltiples males se hacen grandes esfuerzos por las administraciones locales y por la Policía Nacional, pero de ahí asegurar que vivimos en santa paz es un subterfugio que nuestra primera autoridad no puede seguir sosteniendo, aunque se que para él no es nada fácil, tiene que admitir que los pequeños hurtos (si así puede llamársele al hecho en que alguien resulta herido con arma blanca para quitarle su billetera o al asalto a mano armada a una entidad bancaria del parque principal) son frecuentes en las vías y sitios públicos, en los cultivos, establecimientos de comercio, huertas y zonas verdes de nuestras casas e incluso en el apartamento de uno de los anteriores comandantes de policía, como para no mencionar el “acto de inauguración” que los cacos prepararon para la Casa de Justicia. El cual, aunque no contó con Gobernador a bordo, es un aviso que en letras de molde quedará registrado en el anecdotario del hampa local.
De continuar esta posición, tendremos que admitir que si queremos hacer parte de las estadisticas sobre seguridad que maneja el Alcalde debemos aparecer registrados en la lista de los asesinados porque para él los atracados no cuentan.
Foto: cortesía www.laceja-antioquia.gov.co
JHON JAIRO ECHEVERRY SALAZAR
Columna de opinión
Si bien es cierto que la Fuerza Pública no puede encargarse de la seguridad para la totalidad de una población aproximada de 57.000 habitantes, y por tanto es necesario que los habitantes posean ciertos principios de cultura ciudadana para no alcahuetear ni permitir que los hurtos y la delincuencia común se vuelvan la gangrena social que extermine la tranquilidad; no podemos pretender, como en algún momento insinuó el burgomaestre en un Foro dentro de tantos proyectos en los que a bien se le invitó para dar su percepción sobre las problemáticas que aquejan al municipio, que si no hay seguridad es por que la gente no quiere y punto, y que ese problema no lo iba a resolver un alcalde de turno. Efectivamente, crear Cultura Ciudadana respecto a estos temas requiere inversión social, y mucha...muchísima, y sobre todo, la ciudadanía debe aprender a convivir no por coerción sino por iniciativa propia; pero al parecer sale muy costoso y es menos vistoso; ese tipo de inversiones le corresponde a la empresa privada... que lástima.... cuando se analiza esta actitud de la actual administración de nuestro municipio y hasta de la misma ciudadanía se pone en tela de juicio aquél lema que alguna vez nos entusiasmó : "La Ceja es Gente Honesta"
HÉCTOR FELIPE CARDONA RÍOS
Psicólogo
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