lunes, 27 de septiembre de 2010

Central Integradora de Transporte: una obra necesaria, que beneficia a unos privados con capital público

La inauguración de una de las obras cejeñas con mayor impacto en los últimos tiempos en La Ceja ha sido el Centro Integrado de Transporte – CIT. Este espacio pertenece hoy a una empresa de naturaleza mixta, cuyo capital está conformado por el sector privado que aporta el 70% del capital (empresas transportadoras) y 30% del sector público (Administración Municipal), representado en el espacio físico donde se sitúa, lote donde antiguamente funcionó la plaza de ferias y que está valorado en cerca de 1.200 millones de pesos.

La planeación y ejecución de la obra comenzó en el mes de noviembre del 2008, cuando el Concejo Municipal le concedió facultades al Alcalde a través del acuerdo 023 para participar en la constitución de una empresa de economía mixta, para desarrollar, promover, construir y operar la CIT. Desde entonces, el Municipio comenzó el proceso de creación de la empresa. En la naciente sociedad participó con un porcentaje del 60% del capital la compañía Transportes Unidos La Ceja, quienes desembolsaron los recursos, planearon y dieron las órdenes para la construcción y puesta en marcha de la nueva Central.

Y esto está bien, como quiera que siempre se haya insistido en todas las instancias que para salir del subdesarrollo siempre debe haber una unión natural de lo público con privado. Pero cuando esta unión se da haciendo concesiones de todo tipo y con la opción de que todos ganen, menos el Municipio, debe ser motivo de preocupación para cualquier ciudadano de a pie.

La negociación, responsabilidad única del burgomaestre cejeño, se realizó sobre el postulado plutocrático, de que gobiernen los que tienen y el Estado (municipio de La Ceja), esperará a ver que le queda en contraprestación.

Así lo demuestra un reciente certificado de existencia y representación legal de la Central Integradora de Transporte S.A., expedido por la Cámara de Comercio del Oriente Antioqueño, en donde se deduce la subordinación total en la que quedó el Municipio cuando se conformó la sociedad, pues la Junta Directiva, el Representante Legal y los órganos de dirección, vigilancia y control fueron escogidos y en algunos casos son los mismos de la mencionada empresa.

De 5 miembros principales que conforman la junta directiva de la Central Integradora de Transporte, 3 hacen parte de Transportes Unidos. En este caso, Guillermo Restrepo Echeverri y Liliana Cardona López hacen parte de ambas juntas. Henry Cardona López es el suplente del Gerente General de la empresa transportadora y también miembro de la junta directiva de la Central. Los dos puestos restantes los ocupan el Alcalde, Rubén Bedoya Otálvaro y el Secretario de Transporte de turno. En una reciente reunión de Junta Directiva se planteó la posibilidad que las demás empresas transportadoras puedan tener asiento en este órgano, pero como suplentes. Javier Álvarez, Gerente de Cootranceja representaría además a la Sociedad Transportadora de Guamito, Cootransoriente, Sotraretiro, Sotransoda, Expreso Sonsón-Argelia y Cootrabe, sin embargo, aún no ha sido registrado ante la Cámara de Comercio del Oriente Antioqueño, lo que carece de legalidad.

La subordinación es tan evidente que hasta podría violarse la ley. Como es el caso del Revisor Fiscal, principal y suplente, quienes desempeñan el cargo en ambas sociedades, violando el artículo 205, numeral 3 del Código de Comercio. En ambas empresas esa función la asumen César Augusto Arenas Salazar (principal) y Luz Amparo Ciro Osorio (suplente). La ley que rige el comercio es clara en prohibirla.

De otro lado, en un aparte de los estatutos de la Central Integradora de Transporte de La Ceja S.A. ésta sociedad asumiría tareas propias de la Secretaría de Transporte y Transito. Dentro de las funciones de la Gerencia se encuentra establecer las rutas de acceso municipal de los vehículos intermunicipales. Con esto se deduce, o por lo menos no es muy claro, que dicho funcionario podrá indicar porqué vías ingresarían los vehículos que provienen de otros municipios, lo que podría beneficiar en un futuro, en el marco de la competencia, a la empresa cejeña.

Dicha situación causa que las decisiones sobre este bien, que debería ser considerado público, recaiga en privados que lógicamente abogaran por su naturaleza de maximización de la inversión (aumento de ingresos) por encima del bien común, si eso se interpone en la generación de sus utilidades.

El Alcalde, Rubén Bedoya está equivocado cuando manifiesta en una de sus intervenciones, que el CIT es del Municipio, “así los demás tengan la mayoría accionaria”. Una empresa se considera matriz de otra cuando esta ejerce el control económico, financiero y administrativo sobre ella directa o indirectamente.

La subordinada (Central Integradora de Transporte) es aquella que carece de autonomía por el hecho de ser dominada por una matriz (Transportes Unidos). Es decir, que esta bella obra, necesaria e importante para el municipio, en verdad pertenece a una de las empresas más insignes y respetadas de la localidad y no directamente al Municipio, cómo nos lo han querido vender.

Nadie desconoce la necesidad y lo imponente que quedó la obra. Ganamos en comodidad y en mejorar nuestra movilidad. Pero no sabemos cuál será el costo que para los usuarios y la Administración Municipal podría tener en un futuro este importante proyecto, dominado en un porcentaje mayoritario por una empresa distinta al Municipio.
Editorial
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