jueves, 11 de noviembre de 2010

Cabalgando sobre la delgada y peligrosa línea de la censura

Como era de esperarse no ha caído nada bien, entre los seguidores del Alcalde Municipal, las críticas que desde esta tribuna se le han hecho. Uno de sus ex funcionarios ha pedido al responsable de este blog que revise lo que en él se publica. Recomienda que cuando evaluemos al Alcalde, lo hagamos única y exclusivamente refiriéndonos a su plan de gobierno. Tal vez traicionado por su subconsciente pidió que no pintáramos al burgomaestre como un ogro.

Quizás aupado por el boom de Vargas Llosa quien ha llamado a defender la libertad de expresión, considero que esa insinuación, al parecer sin importancia, lleva implícita una gran amenaza contra este derecho.

Primero, por provenir de quien proviene: El más liberal de los miembros del Comité de Aplausos. Segundo, porque quien así juzga tiene un espacio de opinión en la radio local. Y tercero, porque cumple una trascendental misión nada más ni nada menos que en la ciudad capital del departamento.

Tal vez cegado por su excesiva pero respetable admiración, paso por alto que el tema que toca no es de poca monta. Que la libertad de opinar es un derecho que ha costado grandes sacrificios a lo largo de la humanidad; que el mismo no a concesión del mandatario de turno, que este es un derecho fundamental, inherente al ser humano, un derecho inalienable de consagración constitucional: Art. 20: Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones…

Aceptar su osada recomendación seria tanto como exigirle al Director de Celeste Estéreo que revise los contenidos de su programación porque allí frecuentemente los hinchas del Medellín se refieren despectivamente a mi amado Nacional. O porque se deshacen en elogios para Sergio Fajardo, el mismo del coro “a mi no me pagaron, yo vine porque quise” y que después pasó la cuenta de cobro al Estado (o sea a todos nosotros) para que le retribuyéramos su sacrifico de ser candidato a la Vicepresidencia de la República.

O pedir que no publiquen boletines de prensa, ni emitan programas radiales y televisivos (financiados con dineros públicos) y que tienen el único objetivo de dar a conocer los elogios de funcionarios y de algunos ciudadanos para el mandatario local.

Qué gran despropósito sería aceptar que delimiten los temas sobre los que podemos opinar, o que nos indiquen en que sentido hacerlo. Estamos opinando acerca de hechos notorios, en que incurren servidores públicos. Para darle gusto a nuestro critico se tendría que acallar a quienes opinan que el Presidente Santos es frio, calculador y sin escrúpulos (Revista Semana); o a quienes opinan acerca de las frecuentes “incapacidades” del Acalde de Medellín (Periódicos El Mundo y El Colombiano), o silenciar a quienes se atreven a opinar que el matrimonio de una alcaldesa menor del Distrito capital con su novia, es cosa para machos (El Espectador). O a quien considera que Bernardo Guerra Hoyos es muy complejo, complicado, tenaz, terrible, problemático, valiente e inesperado (El Mundo) y prohibir que se diga del Ministro Vargas Lleras que si no fuera tan arrogante y petulante seria el Ministro ideal.

Para evaluar como marcha el Plan de Desarrollo existen suficientes espacios: Boletines de prensa impresos y virtuales, periódicos, gacetas, programas rádiales y televisivos; rendición de cuentas, sesiones del concejo Municipal, cabildos abiertos (herramienta menospreciada en nuestro municipio) etc., etc.

Cuando el responsable de este blog me invitó a participar era para que expresara mi opinión, ¿de qué o acerca de quien? Nunca lo hablamos, considero que dentro de su ética periodística éste es un tema vedado y por eso nunca lo pregunté ni él me propuso límites. De haber sido así no hubiera aceptado. Lo que acá se pública es simplemente mi opinión, que está amparada por el derecho de opinar, opinión que se ha basado en hechos públicos. ¿O es que una sesión del concejo en la cual el Alcalde da a entender que los concejales son unos brutos es un acto privado que se irrespeta con un comentario? ¿O lo que esos mismos concejales publican en la Gaceta Oficial del Concejo, la cual se paga con dineros públicos y se distribuye entre la comunidad, es una comunicación privada?

Grave daño le causa a la cultura democrática el señor Subsecretario con este tipo de propuestas, y aunque no la comparto me alegra que la pueda difundir, al fin y al cabo es su opinión. Sin embargo advierto que cabalga sobre la delgada y peligrosa línea de la censura.

Columna de opinión
Jhon Jairo Echeverry Salazar


Hola John Jairo, un saludo afectuoso con mi admiración y aprecio.

He leido con atención tu comentario en el blog "entre ceja y ceja", del cual soy asiduo lector, la referencia que haces entiendo que se debe al comentario que hice en el programa Proyección el pasado sábado en la mañana. Déjame decirte que la última intención que me asiste es pretender que no se digan aquellas cosas que aunque no comparta, son de libre expresión ciudadana. La críca, cuando constructiva, objetiva y respuetuosa robustece la democracia y activa el debate en torno a ideas y no sòlo a opiniones; de ahí que la axhalto, la promuevo y la defiendo co expresión política y ciudadana.

Mi comentario no va aeso, te repito, y lo puedes o no aceptar, que esa opinión carece de peso cuando por sobre ella se anteponen comentarios de carácter personal que más parecen alusiones a "protagonistas de novela". Claro que tú puedes decir esto o aquello de quien quieras, pero poder hacerlo no significa que se deba; más aún cuando de quien se habla se pueden decir infinidad de cosas por pertencer a la esfera de lo público. No creo que pedir respeto sea atentar contra la libertad constitucional de expresarse.

Cuenta conmigo para el dabate serio, en donde ser bonito, feo, frio, calculador, sin escrúpulos, incapaz.... no sea lo que marque el rumbo.

Con admiración y aprecio,

Mario Velásquez Duque

No hay comentarios:

Publicar un comentario