El Presidente Juan Manuel Santos acaba de propinarle al Oriente Antioqueño, fortín de Uribe, un daño que ni siquiera el feroz invierno, atribuido al fenómeno de la niña, fue capaz de causarle. De un brochazo, con un Decreto, se tomo las Corporaciones Autónomas Regionales.Haciendo gala de su frialdad, como amante que es del póquer, le ha dado contentillo a sus opositores. Inicialmente amenazo con liquidarlas, No lo hizo porque no tenía facultades constitucionales para ello. Su liquidación exige una reforma constitucional, un Acto Legislativo, el Presidente de la República aún dentro del Estado de Emergencia Económica no puede desaparecerlas, entonces mejor que acabarlas, calmo a los opositores de la medida manifestando que sólo las reestructuraría.
Mediante una jugada maestra, se apodero de ellas. Desde ahora tendrá las mayorías en el Consejo Directivo, cinco miembros con voz y voto y dos con vos pero sin voto, además el Director será aquel quien él designe. Colosal botín en un año de elecciones.
La Corporación Autónoma Regional del Oriente, Cornare ha sido considerada una entidad ejemplar, ajena a la corrupción y a la politiquería, sin embargo ha sido el botín burocrático de un sector del conservatismo antioqueño. Desde allí se solidificó el Representante a la Cámara (hoy pensionado) Pedro Jiménez y su sobrino, heredero de curul en el Congreso, Juan Diego Gómez: Desde allí se le da respaldo político y económico a los candidatos a cargos de elección popular. Esto se hace de una manera legal, simplemente se suscriben convenios con las ONGs ambientalistas que apoyan a los candidatos de sus preferencia.
Desde Cornare, por ejemplo, se aupó la aspiración de una candidata conservadora a la Alcaldía de La Ceja. Los cargos directivos de Cornare son ocupados por ex alcaldes o ex concejales, por candidatos a las alcaldías, concejos y asamblea o por los familiares o recomendados de estos. Cornare es una buena muestra de cómo se puede hacer política con los dineros públicos sin tener líos legales.
Pero como el partido conservador apuntalo los ocho años del gobierno anterior, este aceptaba dicha situación. Santos sabe eso y esta demostrando, contrario a lo que muchos opinaban, que no es el continuismo de aquel, tal vez por eso su nuevo mejor amigo es el peor enemigo de Uribe. Ya Uribe lo ayudó a llegar a la Presidencia de la República y con eso basta. Los conservadores también han entrado en esa tónica, han manifestado que no acompañarán a Uribe en sus Talleres Democráticos, porque eso puede disgustar a Santos, Uribe ya no les sirve, porque ya no tiene poder, porque cada vez va a ser menos escuchado y sus opiniones menos acatadas por quienes se lucraron de su larga Presidencia y porque ya tienen sus ojos puestos en objetivos más poderosos.
Mientras tanto, haciendo uso de su buen olfato para captar adeptos en un año electoral, los dirigentes del Oriente se reúnen en La Ceja para defender a Cornare. Ahora saldrán a decir en sus discursos que gracias a ellos no fue liquidada. Sin embargo saben que la perdieron y están advertidos de que el mal que no les causó el fenómeno de la niña, en cualquier momento se los puede propinar el huracán Juan Manuel Santos.
COLUMNA DE OPINIÓN
Jhon Jairo Echeverry Salazar
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