martes, 7 de junio de 2011

Ensillando sin traer las bestias

No hay una sóla persona en La Ceja, bueno si hay uno, que se da el lujo de mantenerse con dos escoltas, que no se queje de la inseguridad.

Cada día el pequeño hurto, el asalto a mano armada, el descuelgue o ventosa, el robo de bicicletas, de celulares, el fleteo, el paquete chileno, el atraco a los pasajeros de los vehículos de servicio público, el escamoteo a los cultivos, todas, absolutamente todas las modalidades de delitos contra el patrimonio económico y la integridad personal se cometen en esta comarca.

A diario escuchamos que le robaron a un vecino, a un familiar, a un visitante, desde los niños hasta los ancianos son victimas de la delincuencia, hay barrios como El Palmar en donde a sus moradores le da miedo salir a la calle, hace poco le cortaron el cuello a una venerable anciana en el sector de Montesol, roban en los colegios, atravesar el parque principal causa pánico, es un verdadero riesgo.

Las pequeñas cuadrillas de menores, usualmente en bicicletas, con gorra o con capucha, atracan a cualquier hora del día y en la noche ni hablar, son hurtos menores, dirá quien tiene salario de alcalde, pero es que el celular y la bicicleta para un trabajador de cultivo de flores, cuando les pagaban y ahora que no les pagan, no son objetos de pequeño monto.

En el periódico de la Administración Municipal el Alcalde manifiesta que “por fortuna, en esta Administración (sic) tenemos muy buenas noticias referente a la Seguridad (sic) con hechos y obras que demuestran la Gestión (sic) de este Gobierno (sic).”

Decir que con el cierre de los establecimientos donde se ejercía la prostitución, fue suficiente en materia de seguridad durante estos cuatro años, es una explicación que ya no se cree nadie. Se dedica Rubén Bedoya, en el periódico, a hablar maravillas de las cámaras de seguridad, parece que ellas fueran las que van a detener, a individualizar a los delincuentes, a aplicarle verdaderas medidas correctivas a los menores infractores que carecen de centros correccionales en donde tengan alternativas para salir del mundo del hampa.

Bedoya, acosado por la intranquilidad de sus conciudadanos se apresura a negar la verdadera problemática y se escuda en el servicio de vigilancia electrónica que aún no funciona. Las famosas cámaras ya demostraron su falencia, personas que han sido víctimas de la delincuencia en el parque principal se han acercado al centro de monitoreo con el fin de identificar a sus agresores, pero vaya sorpresa: no estaban funcionando.

Me atrevo a recomendarle, a riesgo de agitar su efervescente ego, que se de una conversadita con Germán Largo o William Jaramillo, a quienes hoy persiguen las autoridades de policía porque se dedican a adiestrar caballos, que es lo único que saben hacer. Unas cuantas clasecitas con ellos no le caerían mal, siempre y cuando los deje hablar, pues en materia de cámaras de seguridad el Burgomaestre ensillo sin traer las bestias.

PD: Bastante pólvora se escuchó con la clasificación del Nacional. ¿Cuándo empezará el Alcalde a ofrecer recompensa por la cabeza de los polvoreros que votaron por él?

COLUMNA DE OPINIÓN

Jhon Jairo Echeverry Salazar

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