martes, 8 de febrero de 2011

Heroes con pies de barro

Me dispuse a presenciar, virtualmente, la sesión del Concejo Municipal. El tema era la Secretaria de Educación. Escuché la intervención de tres concejales. Hablaron acerca de la buena atención que se brinda en esa dependencia, ese es un deber de todo funcionario. Pensé, que los corporados querían resaltar las buenas maneras y el respeto que brilla por su ausencia en otra dependencia de la Administración Municipal.

Salió a flote la preocupación por el futuro de los jóvenes que este año egresaran del grado 11º. Recordé entonces que 5 años atrás el Concejo autorizó que se liquidara una excelente alternativa para esos bachilleres: FUNORIE. A pesar de ser un pueblo desmemoriado, aún recuerdo la intervención del ex concejal Carlos Mario Bedoya quien, impávido, abogo por la desaparición de esta institución porque la inversión ya se había recuperado, es decir con los estudiantes que hasta ese momento fueron capacitados ya se había salvado la inversión, ya era suficiente, podía desaparecer.

Ahora nos consuela la cercanía de la Universidad de Antioquia, olvidamos que la población cejeña vive de un salario mínimo, que si no alcanza para los útiles mucho menos va a dar para pagar pasajes diariamente. Funorie naufragó por la incapacidad de nuestra clase dirigente, por la indolencia de los entes de control que se hicieron los de la vista gorda y aprobaron que el Municipio se endeudara para comprar el lote que nunca dejó de ser nuestro. ¿Y qué paso con los presuntos culpables de esa malversación? Nada. Fueron premiados con excelentes cargos y continúan recibiendo reconocimientos.

Siguió la sesión. Se mostró el estado físico de algunos planteles educativos. Luego llegó el turno de las damas, la primera de ellas, respaldada en un programa que escuchó, propuso el cambio de jornada académica para evitar los problemas que aquejan a los jóvenes.

Al escuchar a la siguiente concejala calificando de héroes a los funcionarios de la Secretaria de Educación, creí que había ocurrido algún problema en la transmisión, que de la Sesión del Concejo había pasado a un programa de aventuras. Quede expectante, esperaba ansioso la intervención, tal vez de un Superman o un Macgiver cejeño.

Valía la pena esperar. Tal vez ya estaba la solución al confinamiento de la IE La Paz, que con la cubierta ha quedado sellada herméticamente, ahora es más escasa la luz natural y mucha más alta la sensación de encierro. Posiblemente se iría a mejorar la planta física del Colegio Alfonso Uribe Jaramillo. Los anacrónicos techos en eternit serian cosa del pasado. Acabaría por fin el insoportable sofoco en aulas con 40 o más alumnos. Ya el ruido de la lluvia no interrumpiría las clases. El colegio dejaría de inspirar lastima al lado de, lo que parece ser, un moderno coliseo que desde el Alto de Nano se semeja a una enorme ola dispuesta a tragarse una gran cantidad de escombros. La congestión, y el riesgo para los alumnos, a la salida simultánea de un evento deportivo y de los estudiantes ya no deberían preocuparnos.

Y le tocó el turno al titán reverenciado por la concejala: el Secretario de Educación. Explicó que es posible solucionar la incomodidad de la planta física del Liceo Concejo Municipal, sin embargo, por no ser fácil y porque la problemática viene desde que se inauguró él no hará nada. Con respecto al Alfonso Uribe Jaramillo, expresó: “Los problemas son muy delicados, son de suelos”, pero allí tampoco va a hacer nada, según él, ese no es su problema porque ésta Administración no intervino en su construcción.

No se que concepto tenga la concejala acerca de lo que es un héroe. Si buscar cupo a un estudiante por sugerencia de un concejal y atender bien a los usuarios es heroísmo, entonces estamos en mora de hacerle un pedestal a la comunidad del Colegio Alfonso Uribe Jaramillo. El Secretario disfruta de las mieles sembradas por sus antecesores, porque a esas si no ha renunciado. No sabía yo que era posible aceptar un cargo público con beneficio de inventario. El héroe de la concejala exhibió sus pies de barro.


COLUMNA DE OPINIÓN
Jhon Jairo Echeverry Salazar

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