Conozco a Miguel Angel Gallego Morales desde hace aproximadamente veinte años, incluso desde cuando no incursionaba en la política. En 1995 fue por primera vez concejal, desde entonces hizo llave con Gildardo Lopera, a quien llamaba Gildardo de Jesús Lopera Lopera “mi amigo”, posteriormente lo reconocía como “mi jefe político.”
Nunca he compartido la forma como Miguel Gallego concibe la política, sus decisiones se circunscriben a lo que a él le convenga en el momento, es capaz de oponerse al más importante de los proyectos únicamente porque lo plantea su “enemigo político” y al contrario apoya decididamente la más inconveniente de las iniciativas solo porque lo propone “su amigo político”. Tiene gran capacidad para olvidar, hace poco criticó la elección del Personero Municipal porque no es de La Ceja, cuando él, Gallego, fue fundamental en el 2001 para elegir a una personera de Rionegro.
Hace cuatro años era, junto con el señor Lopera enemigo de la candidatura de Rubén Darío Bedoya, aquellos no gustaban de este y este a su vez se refería con duros epítetos contra aquellos, de un momento a otro cambiaron de opinión y se sumaron a la campaña de la Gente Honesta, eso motivo mi salida de allí.
Miguel Gallego ha sido defensor a ultranza del actual alcalde, hoy busca denodadamente el aval del partido liberal para aspirar a sucederlo y la verdad es que no la tiene nada fácil, sus principales enemigos son su “señor alcalde” y su “amigo” y “jefe político” Gildardo de Jesús Lopera Lopera.
De acuerdo con lo manifestado por Gallego a este medio de comunicación “’El (Lopera) es el candidato del Alcalde, y ya estoy enterado que andan hablando mal de mì…” y si lo dice Miguel debe ser cierto. Primero, porque el ya próximamente ex alcalde Bedoya desea abrirse paso nuevamente dentro del Liberalismo partido del cual renegó para alcanzar la alcaldía.
Segundo, porque Gildardo Lopera hará cualquier cosa para llegar nuevamente al primer cargo municipal y el aval no será inconveniente, pues tiene más rosca dentro del mal llamado Directorio Departamental cuyos líderes, encabezados por Luis Fernando Duque, están tratando de reagruparse y repartir avales en un desesperado intento por dejar ser verdaderos cadáveres políticos sin rumbo y sin seguidores.
Tercero, porque ha Lopera no le cabe en su tarjeta de presentación otro titulo de ex, pues tendría que agregar el de ex precandidato. Y por último porque quienes se hacen llamar directivos del Directorio Liberal Municipal, sin aparecer ni siquiera inscritos ante el partido, tienen menos autonomía que el muñeco de un ventrílocuo, y el señor González hará todo, como hasta hace lo poco lo hizo Miguel Gallego, para que su amigo y Jefe político Gildardo de Jesús Lopera obtenga el aval.
COLUMNA DE OPINIÒN
Jhon Jairo Echeverry Salazar
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