Los ladrones ya se roban hasta un hueco. Y no iremos muy lejos. Esta semana, La Ceja fue sorprendida por el hurto de las letras de bronce de la nueva Casa de Justicia y Paz. No llevaban ni una semana de haberlas puesto allí y un dueño de lo ajeno ya le había echado el ojo.
Sin pena ni gloria, arrancó en la madrugada del miércoles, 13 de las 26 letras que había puestas. La oportuna reacción de la Policía permitió encontrarlas en una chatarrería donde trabajaba el joven en el municipio de Rionegro. Cuando miembros de la policía fueron por ellas ya las habían pintado de blanco.
Es tal la inseguridad, que ni el recinto donde se ejercerá la justicia se salva de los ladrones. En este caso un joven de 21 años fue el encargado de cometer el ilícito. Las letras costaron cerca de un millón de pesos y el delincuente logró venderlas por 26 mil pesos.
La Administración Municipal decidió reemplazar las letras hurtadas, pero en esta ocasión fue más precavida, las ubicó en un lugar más alto. Los ladrones necesitarán ahora de una escalera muy alta para lograr hurtarlas. Sin embargo, nada es imposible para quien quiera robar. Ya nada nos sorprende.
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